sábado, 19 de mayo de 2012

Pues si, nos lo pasamos bien.

Ya sabíamos que nos íbamos a León, y a pesar de las dos horazas de viaje y otras dos de vuelta, tuvimos un día estupendo.

Nada más llegar, nos bajamos en la plaza de santo Domingo y nos fuimos a ver lo más gordo, la catedral.







Después empezamos la ruta de las esculturas, nos guiaba Katya, así que no nos perdimos en ningún momento. Íbamos en buenas manos. Las encontramos todas, y en algunas, hasta las imitamos.








Sobre las doce y media nos volvimos a subir al bus y nos llevó hasta el MUSAC. Allí aprovechamos todas y todos para ir al baño hasta que se hizo la una, que es la hora a la que teníamos concertada la actividad. Nos dividimos en dos grupos y TA CHAAAAAAAAN: EMPIEZA LA FUNCIÓN.




Es una chulada de sitio. Julia nos enseñó primero la obra de Félix Curto. Un tipo muy original. Lo que hacía era buscar objetos en los mercadillos de segunda mano  y transformarlos en otra cosa pero para ello les hacía solo una pequeñita modificación, les cambiaba solo un poquito:






Después de tanta inspiración nos entraron muchas ganas de crear, y nos convertimos en artistas como Félix Curto. A partir de basura para reciclar, hicimos cosas superchulas:























Después de Felix nos sentamos alrededor de dos alfombras ... ¡¡¡QUE ERA UNA OBRA DE ARTE!!!! Una alfombra explicaba las reglas para jugar a las canicas en un barrio árabe, donde los niños se tenían que construir sus propias canicas. La otra alfombra cuenta cómo se juega a las canicas en el barrio kurdo, con canicas "normales", vamos, de cristal.



Los niños árabes tardaban hasta un mes en hacer una sola canica, por eso las reglas del juego árabe son mucho más complicadas que las reglas del juego kurdo.



Hiwa K nos enseña a jugar a las canicas de dos formas diferentes: como juegan los árabe y como juegan los kurdos. Pero para entender por qué hace eso, tenemos que acordarnos de algo que le pasó cuando era pequeño. Hiwa K es kurdo, y cuando era pequeño vivía en un barrió árabe, en el que los demás chavales le llamabas "kurdo" y lo hacían para molestarle. Pasó un tiempo, y se mudó con su familia a un barrio kurdo, a un barrio kurdo. ¿Y adivinas cómo le llamaban allí? Pues sí, le llamaban "árabe", por haber vivido en el barrio árabe.


¿Os acordáis de que el juego de canicas árabe era mucho más difícil que el árabe? Pues Hiwa K lo que hacía era jugar en su nuevo barrio Kurdo según las reglas súper difíciles del juego árabe, y por cada partida que ganaba se llevaba las canicas del contrario. Ganó tantas partidas que llenó un calcetín de cacicas, que su madre vendió. Y con ese dinero le compro a Hiwa K un pantalón kurdo, para que dejaran de llamarle "árabe".


Después del MUSAC nos fuimos a papear a un parque muy cerquita, donde nos comimos hasta el papel albal de los bocatas y jugamos hasta que llegó la hora de volver.


Sí, nos lo pasamos bien.













Y de vuelta a casita, que ya la echábamos de menos.










1 comentario:

  1. Hola María Eugenia, desde el Premio Fundación Telefónica de Innovación Educativa queremos felicitarle por el trabajo que desarrolla en el blog como fuente de motivación y aprendizaje. Por ello, aprovechamos la ocasión para invitarle a participar con nosotros en la XIII Edición del Premio http://www.educared.org/global/premiointernacional/inicio
    Saludos

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